El siglo XVIII es una época de importantes proyectos, de cambios notables
y reforma de la vida interna de los Estados. Este período histórico recibió
distintos nombres en cada país. En España se le denominó el “Siglo de las
Luces”.
La palabra
“Ilustración”, es comúnmente usada en el mundo hispánico tanto para indicar un
proyecto político, como el conjunto de los logros culturales, económicos y
sociales alcanzados en este siglo, al instalarse en el trono español la
dinastía borbónica en 1713. Con ella se pone en marcha un amplio programa de reconstrucción
básicamente material. Carlos III es el monarca más representativo de la
Ilustración española. Este Rey y sus colaboradores más directos- Floridablanca,
Campomanes, Jovellanos, Cabarrús-, comportan una de las épocas más interesantes
y apasionantes de nuestra historia.
Mejorar la
educación, regenerar la economía del país, fomentar la agricultura y crear una
hacienda pública, fueron los objetivos principales de la corona. Resultado de
este programa audaz y profundo son las Sociedades Económicas de Amigos del
País, las instituciones más características y originales de la España
ilustrada, que nacen como: “Corporaciones oficialmente reconocidas cuyo objeto
era trabajar por el desarrollo de la riqueza y la prosperidad del país”
Las Sociedades Económica,
han sido siempre instituciones privadas, que tenían como objetivos el
desarrollo económico, industrial, agrícola, científico y educativo en la región
respectiva. La educación era considerada por los ilustrados como la panacea de
las soluciones económicas, sociales y políticas.
A finales del siglo
XVIII, la mayor parte de las ciudades más importantes de España, además de
muchas villas y pueblos grandes, tenían una Sociedad Económica. La mayoría de
las Reales Sociedades solicitaron su fundación antes del 1808, fecha crucial en
la historia de España, con el reinado de José I, hermano de Napoleón y el
inicio de la Guerra de la Independencia.
En sus orígenes las
Sociedades Económicas estaban formadas por miembros de todos los estamentos
sociales, la nobleza, el clero, los
comerciantes, los artesanos, los campesinos e incluso socios con cargos
municipales. Cada persona al ingresar en la entidad se adscribía, según sus
conocimientos, capacidades e intereses a una de las comisiones de trabajo a
través de las que se canalizaban las actividades de toda la Sociedad.
Estas actividades
fueron llamándose “clases” y estaban dedicadas a la agricultura, la industria,
el comercio y las artes y los oficios. Se reunían periódicamente para debatir
los problemas que afectaban a su sector correspondiente. Con el tiempo
aparecieron publicaciones de los trabajos realizados, se instauraron premios,
se crearon bibliotecas, obras de beneficencia, creación de escuelas,
instauraron cátedras y se convirtieron en centros difusores de la cultura y las
artes.
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