martes, 22 de abril de 2014

LA ECONOMICA DE SEVILLA. OBJETIVOS FUNDACIONALES

  La Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País, es una Corporación histórica de carácter benéfico sin ánimo de lucro, que inició sus actividades el 15 de abril de 1775, y desde entonces sigue desarrollando su labor altruista.
  Con un número inicial de cuarenta socios, se aprobaron los Estatutos de la Corporación, dedicándose desde sus orígenes, a la promoción de la economía local,  y al fomento de la actividad cultural de Sevilla y su provincia.  Su primer Presidente, fue D. Pablo de Olavide, puesto honorífico que indudablemente se le concedió en reconocimiento a su labor como promotor de la corporación. 

  La primera Junta Directiva estuvo formada por los siguientes señores:
Director:      D. José Bucarelli y Ursua Lasso de la Vega, Marqués de Vallehermoso.
Vice-Director:  D. Martín de Ulloa y de la Torre, Caballero de Santiago, Oidor de la Real Audiencia.
Censor:       D. Ignacio Luís de Aguirre, Alcalde del Crimen de la Real Audiencia.
Tesorero:    D. Francisco de la Barrera Benavides
Secretario:  D. Francisco Fernández de las Peñas Ramirez de Guzmán, Caballero Veinticuatro de Sevilla.                        
  El sello original de sociedad, lleva la madeja anudada por el medio y las letras NO-DO, que el Rey Don Alonso el Sabio impuso a la ciudad de Sevilla por la  fidelidad que siempre le profesó. Se agregaran tres antorchas encendidas que se cruzan y enlazan en el nudo de la madeja, con varios instrumentos esparcidos en su base, alusivos a las tres comisiones de Agricultura, Artes y Oficios, Industria, Comercio y Navegación, con el lema:  “Da Luces, Siempre Fiel”

    Los objetivos iniciales de la Sociedad Económica, se centraron en tres pilares fundamentales:
- El desarrollo de la Agricultura.
- La Industria, el Comercio y la Navegación.
- Las Enseñanzas Prácticas, las Artes y los Oficios.

Las Reales Sociedades Económicas fueron algo más que centros de fomento económico: constituyeron un núcleo de recepción de ideas innovadoras y de difusión de las mismas.  Desde sus orígenes, la institución cumplió fielmente en la ciudad de Sevilla, con la gran misión de desarrollar e impulsar todo lo que significaba progreso. Fue, sobre todo durante el siglo XIX, el núcleo potente de todas las fuerzas vivas de la ciudad, expandió la cultura, impulsó las bellas artes, potenció el desarrollo industrial, fijó objetivos económicos, propuso criterios urbanísticos, estudió mejoras sanitarias, defendió propuestas de solución a problemas sociales con autentica visión futurista y propuso ideas de renovación total de normas y principios.  

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